Nos les tenemos miedo. Se nos acercan, nos asustan, nos provocan, soportamos. No salimos volando como cualquier mosca de cuarta. Cagona, nerviosa, pesada.
Dirán que nos emborracha el olor a mierda, a caño, a meo. Pero no.
Somos eso, malditas mosquitas de baño.
domingo, 11 de septiembre de 2011
Dedicado a Medusa, my favourite beheaded
Aún después de dejar de respirar, la cabeza que rodó calle abajo vio su cuerpo alejarse -calle arriba-, y en ese preciso instante, supo que no lo volvería a ver nunca más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario