Nos les tenemos miedo. Se nos acercan, nos asustan, nos provocan, soportamos. No salimos volando como cualquier mosca de cuarta. Cagona, nerviosa, pesada.
Dirán que nos emborracha el olor a mierda, a caño, a meo. Pero no.
Somos eso, malditas mosquitas de baño.
Pica! Quiero un paraguuiitas.
ResponderEliminarla última foto es bizarrísima... pareciera que el envase yace solitario en medio de una obra, pero es totalmente desproporcionado con respecto a ésta.
ResponderEliminar