Almanaque
- ¿Viste que ayer fue domingo?
- Sí.
- Viste que después del domingo…
- … viene el lunes. ¿Y?
- Y después el martes…
- …y después el miércoles. ¿Y?
- Que hoy es jueves.
- No puede ser.
- Sí, sí. Mirá.
- No…
- Sí…
- Sábado, domingo… jueves. Ah, sí. Qué raro.
- Rarísimo.
Jelly fish
- Mirá lo que te traje.
- ¿Y eso?
- Una agua viva.
- Muerta.
- Sí, es que estaba en la orilla.
- Entonces no está viva.
- No.
- ¿Por qué le decís agua viva?
- Porque se llama así.
- Hay que cambiarle el nombre.
- “Agua muerta” suena feo.
- Otro.
- Cuando te mueras, ¿cómo te gustaría llamarte?
- Mi nombre no hace alusión a ningún estado.
- No, pero ya que estamos… ¿Cómo te gustaría llamarte?
Efecto frotación
- ¿Viste que si te frotás los ojos mucho rato ves el universo?
- A ver.
- ¿Viste?
- Pará.
- ¿Y?
- No veo nada.
- Frotalos más.
- Nada.
- Más.
- Veo todo negro.
- ¿Y qué más?
- Y puntitos de colores.
- ¡Ahí está! ¿Lo ves?
- Veo todo negro y puntitos de colores que se prenden y se apagan.
- ¡El universo! ¿Cómo te creías que era?
Yuyo
- Fijate qué tengo acá.
- ¿Dónde?
- Acá atrás, mirá.
- Qué raro.
- ¿Qué tengo?
- A ver pará, vení.
- No me asustes, decime.
- No parece nada malo… Es como…
- ¿Cómo qué?
- Es como… Como un yuyo.
- ¿Cómo un yuyo?
- Sí.
- Arrancalo.
- Pero si lo arranco te van a crecer más.
- No importa, me molesta.
- Pero…
- ¿Pero qué?
- Hay un san antonio en una de las hojitas.
- Ah.
- ¿Qué hago?
- El san antonio dejalo.
Inevitable
- ¿Sabés qué? Últimamente me da la impresión que hablo siempre yo más que vos. Como que siempre soy yo que te cuento cosas, que me acuerdo de cosas, que me pregunto una cosa y otra… ¿no?
- Puede ser.
- ¿Ves? Es como si algo -o alguien- no te dejara hablar. Es muy raro…
- ¿Decís?
- ¡Sí! ¿No te habías dado cuenta?
- No…
- ¿Ves? Es como inevitable.
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